CAFÉ FILOSÒFIC

AUTORES

Sergi Pascual Tur

OBRA
P.Mondrian: Composición en amarillo, rojo, azul y negro
1921.59,5 x 59,5 cm. Oleo sobre lienzo.
Gemeentemuseum, La Haya.

REFLEXIÓN ESTÉTICA
En la presente obra se utilizan tres colores primarios (rojo, amarillo y azul) siendo el blanco un color neutro y el negro un color con función delimitadora. Podemos empezar con los siguientes planteamientos: ¿Pretende Mondrian transmitirnos un mundo elemental o básico? ¿Es un ejemplo de que con pocos recursos se pueden alcanzar grandes objetivos?

Además de esta consideración (puede que algo subjetiva) podemos deducir que los colores no varían por la percepción que tengamos de ellos sino más bien por la forma y el área que ocupan. La realidad es captada mediante formas, de ahí su interés por el cubismo y la tridimensionalidad.
Es importante destacar el interés por alcanzar aquello Universal. En esa lucha cobra importancia el “no color”: el blanco (ausencia de color) y el negro (mezcla de todos los colores). Los “no colores”, son claves para alcanzar la Verdad, afirmación aparentemente paradójica.

Parece ser que su pretensión no es combinar colores y formas para mostrar distintas realidades, más bien, pretende con el mínimo número de formas y colores, mostrar aquello primordial, universal e intentar llegar a una unidad más grande y generalizadora.

REFLEXIÓN FILOSÓFICA
Filosóficamente, la presente obra es una crítica al Empirismo. Aquello real no es lo que captamos con nuestros sentidos, esto es pura “apariencia” con lo cual, es preciso indagar para “aprehender” (captar) lo que existe detrás de esa aparente realidad (captada sensorialmente). Lo sensible, es apariencia, lo real hay que buscarlo. El artista tiene pues esta función, no la de afectar a la psicología del espectador sino la de mostrar la esencialidad y el modo de alcanzarla. Platón, también pretendía alcanzar el mundo de las ideas y en su obra La República, mostraba el camino y la importancia de la dialéctica (el arte de preguntar y responder) para lograr la Verdad

El pensamiento de Mondrian guarda cierta relación con el de Platón. Leamos unas cuantas palabras de Mondrian: “La naturaleza (o lo visible) me inspira, provocando en mí una emoción que estimula la creación, no menos que en el caso de cualquier otro pintor, pero quiero acercarme a la verdad lo más posible. Y por lo tanto abstraigo todo hasta llegar a la esencia de las cosas (¡aunque todavía sea su esencia exterior!). Estoy convencido de que, precisamente por no intentar expresar nada determinado, uno expresa lo más determinado: la verdad” Tanto Platón como Mondrian pretenden alcanzar una verdad escondida y enseñan el camino. Sin embargo, Platón (que defendía la mímesis) no lo ve tan fácil y decide eliminar el arte de su República, desconfiando de los trágicos que copian la parte imperfecta (e inferior) del ser humano. Hay que tomar conciencia que tanto Platón como Mondrian tienen un carácter religioso muy marcado, aspecto que influenciará en sus pretensiones acerca de la verdad. Mondrian perteneció a una escuela denominada Teosofía impulsada por Helena Bravatsky. Este movimiento utilizaba la magia y el esoterismo como métodos rutinarios no estando conforme con el cristianismo imperante en la época e interrelacionándose con el budismo e hinduismo. La escuela se instaló por un tiempo en la India, y pocos años después regresó a Londres donde fue investigada por acusaciones (entre otras de la Sociedad para las investigaciones Psíquicas)

ATRÉVETE A PENSAR
Si volvemos a la obra, podemos plantearnos distintas cuestiones: ¿Por qué destaca el color rojo? ¿Es más importante el color o la forma? ¿Es más real lo que vemos o lo que se esconde? ¿Qué es la realidad? ¿Somos reales? ¿Son los sentidos o la razón las que nos proporcionan la llave para la Verdad? ¿Es preciso el esfuerzo para llegar a la Verdad? ¿Es más importante afectar, impresionar, alterar la psiqué del espectador o por lo contrario hacer pensar? Esperamos vuestras reflexiones.